29 de Mayo de 2018

En Egipto he conocido a varias personas que me han hablado muy bien de una ciudad llamada Dahab en el mar rojo a unas 12 horas del Cairo en bus y parece que el ambiente tranquilo de allí termina enganchando a la gente. Dahab es principalmente famoso en el entorno de los buceadores con y sin bombona de oxígeno porque cerca está el Blue Hole. Para mi es un gran plan para 2 días antes de mi vuelo al Líbano.

Tomo el bus nocturno. El viaje se me hace muy pesado, no solo por las 12 horas de bus, también porque hay que pasar 5 controles militares donde en algunos solo piden el pasaporte y en otros hay que bajar del bus, sacar la mochila y esperar delante de ella hasta que la revisen y puedas volver al autobús. Cuando llego a lo que esperaba fuera un hostel al uso, solo era una habitación improvisada de 2 camas con paredes de madera, no muy atractiva. El encargado, Heity, con el que voy a compartir habitación me invita a desayunar y después me deja gafas para ir a bucear con el al mar. Lo mejor del hotel, y del resto que están en el paseo marítimo es que el mar esta a 10 metros de la puerta.

El primer día lo dedico a caminar por el paseo arriba y abajo para ver la ciudad y buscar una playita donde tumbarme a hacer nada, eso y hacer unas cosas con el ordenador es mi plan para estos 2 días. Después de la caminata no encuentro nada parecido a una playa de arena donde tirar mi toalla, apenas veo gente y el wifi de mi hotel no llega bien ni a mi habitación (la que no invita a pasar mucho rato en ella) y el wifi tampoco llega bien al restaurante del hotel. No es lo que esperaba y no veo que es lo que le gusta tanto a la gente. En una agencia de viajes pegada al hotel, que son amigos del hotel, Sambo el encargado me ofrecen una excursión para el blue hole a la mañana siguiente así que la tomo a ver si con eso me animo. Por la noche viene otro viajero, Toni, un tailandés-alemán muy alegre que también se apunta a la excursión y al día siguiente allí que nos vamos.

Al siguiente día cuando llegamos al blue hole veo que esta lleno de buceadores y gente haciendo snorkelling. El coche nos deja en un restaurante donde nos dejan el material para hacer snorkel (gafas, tubo, aletas y zapatillas) y más tarde tenemos la comida incluida en la excursión, pero no la bebida, algo que nos enteraremos a la hora de pagar. Nos preparamos y nos metemos al agua. De primeras no es que sea muy espectacular, no se ven muchos peces, corales ni nada, solo un fondo sin fin donde se pierde la luz. Yo me alejo un poco más hacia donde he visto más gente y ahora ya es otra cosa, aquí está lleno de peces. Después de comer me voy a otra zona un poco más alejada donde he visto también más gente y vuelvo nadando hasta el blue hole. Este último está lleno de peces, corales y cientos de pequeñas medusas por las que nado hasta volver al blue hole y vuelta al restaurante a esperar al coche. Y siguiendo la norma de puntualidad egipcia esperamos casi 2 horas más hasta que vuelve.

Por la noche antes de que Toni se vaya al Cairo vamos a buscar un restaurante barato para cenar, pasamos por varios mirando precios y alguno nos hace buenas ofertas, pero intentamos seguir regateando aún más hasta que uno nos hace una muy buena oferta: por 35ep (1,5 euros) tenemos 1/4 de pollo, arroz, 4 salsas, pan y un agua! y además esta oferta nos la mantienen cada vez que pidamos ese plato y para el resto un 20% de descuento. Este será el restaurante donde vaya a comer y cenar el resto de días sin duda. Es ramadán y no casi clientes. Yo me planteo irme porque sigo sin verle el encanto y el wifi del hotel va muy mal.

Al día siguiente me levanto, voy a desayunar a otro restaurante que encontré con buen precio y le empiezo a encontrar el encanto al lugar así que decido quedarme otra noche, pero no en esa habitación, y después de mirar precios por internet voy a hablar con Heity para que me haga haga una buena oferta para quedarme 2 noches más en una habitación del hotel. Ahora que le encontré la gracia al lugar me dedico a hacer lo que hay que hacer aquí, pasar e día relajado en la playa o en algún restaurante. En el restaurante donde me dejan comer barato tienen wifi decente y ahí paso la mayor parte del día con el ordenador.

Por la tarde en la puerta del restaurante se escucha una discusión que va creciendo poco a poco y se escucha un buen guantazo. Más gente viene y la discusión sube de volumen pero nada más.

El siguiente día lo paso igual, agua, cafetería y restaurante. Ahora que le encontré la gracia al lugar lo único malo que le encuentro es que practicamente no encuentro gente con la que socializar fuera de la gente del hotel, vendedores a los que no les puedo comprar nada o la mayoría turística de sur coreanos y rusos que viajan en grupo con los que tampoco puedo hablar por el idioma. Hoy también aproveche para hacer unas fotos y llevar la ropa sucia a un lavandería a ver si la lavan mejor que yo a mano.

Ya en mi último día y por la noche toca subir al bus nocturno vuelta a Cairo para mañana subir al avión rumbo al Líbano. Fuí a recoger mi ropa que esperando me la dejara bien limpia porque esperando que así lo hiciera le pagué el doble que costaba en otra lavandería cercana y cuando vi la ropa estaba igual de sucia pero con las manchas en otros sitios. Más tarde Sambo me presentó a una Mexicana que lleva unas semanas en Dahab y que además lleva un año viajando por el mundo, y ella me presenta a otra amiga, y esta a otro amigo que también lleva varios años viajando y otra chica colombiana se une y ella lleva 6 años viajando sin parar y al final del día había conocido a otros 5 viajeros con los que me llevaba muy bien y como les dije a ellos, por suerte o por desgracia fue el día que me marchaba porque si hubiera sido antes seguro me hubiera quedado en ese lugar más tiempo.