14 de Junio de 2018

Aunque es posible tomar Beirut como base para visitar todo el país, el punto más alejado puede estar a 3-4 horas en coche, después de probar el taxi, el taxi compartido, el lento bus, y que la ciudad ya me aburre, veo que lo que más me compensa es alquilar un coche y recorrer el país durante 4 días antes de cambiar al siguiente país.

En el hostel conozco a Laurice, una inglesa de padre Libanés, que también esta viajando por el país y sus fechas y ruta coinciden más o menos con las mías así que se une a mi viaje, lo que también ayudará a que nos salga un poco más económico a los dos. Después de invertir una mañana entera visitando empresas de alquiler encuentro una con un precio razonable y al día siguiente empezamos el viaje y dejamos atras Beirut.

La primera parada de la ruta es Baalbek, un lugar donde mucha gente dice que es super peligroso ir porque está muy cerca de Siria y bla bla bla. El camino hasta allí son 3 horas tranquilas por las que hay que pasar por varios controles militares donde hay que reducir la velocidad o pararse un poco para que nos vean las caras y nos dejan pasar sin problemas. Aparcamos el coche en un parking público y entramos a las espectaculares ruinas romanas de Baalbek. Apenas hay turistas y se puede ver tranquilamente en una o dos horas.

Al salir nuestro coche sigue ahí! intacto, no hemos escuchado disparos, ni gritos ni sentido peligro en ningún momento.

El siguiente destino y último del día es el pueblo de Bisharri. Se situa muy cerca del valle de Kadisha. Pero para llegar hasta allí tenemos que cruzar los montes de Líbano, que nos dejaran una de las mejores vistas del viaje con un manto de nubes por debajo de nosotros.

Por aquí tenemos que cruzar otro control militar donde me lío y voy por un carril que no es, los militares se me quedan mirando haciendo unas señas de «que coño haces?», yo me echo las manos a la cabeza les pido perdón con la mano mientras voy al carril que toca. Todos nos reímos al acercar más el coche y al vernos nos dejan pasar.

Alrededor de este valle se encuentran multitud de pueblos cristianos que dejan claro que lo son por la multitud y tamaños fácilmente visibles de cruces e iglesias que hay por todas partes y porque siendo ramadán todo esta abierto durante el día. Creo que algunos pueblod tienen más iglesias que bares. Llegados a Bisharri nos alojamos en el hostel/hotel Tiger House, con una habitación compartida que en temporada alta podría alojar a 20 personas y ahora somos unos 4. El hostel parece ser la casa familiar reformada para el negocio donde la entrada es el comedor donde suele estar la dueña, una mujer simpática y con un tono de voz muy altanero.

Al día siguiente vamos de visita al bosque de los cedros de Dios, un pequeño y bonito bosque con los últimos restos de grandes bosques de cedros que cubrian el area y actualmente en peligro por el cambio climático.

Aquí nos cruzamos con Ana, una brasileña que se aloja también en el hostel y que lleva 2 años viajando por el mundo. Acercamos a Ana hasta un lugar donde ella va a hacer una ruta por el valle y nosotros intentamos buscar una ruta que nos deje cerca del valle para caminar unas horas por el. Lo primero que intentamos es ir a un pueblo que en el google maps parece ser el más cercano al valle y una zona llena de ermitas. Cuando llegamos al camino vemos que son un sin fin de escaleras que bajan hasta el valle y nos dicen que se tardan unos 30-40 minutos en bajar y más de una 1 hora en subir. Lo descartamos porque se nos haría demasiado tarde. Volvemos al hostel a pregunta a la mujer por el camino que va desde Bisharri, camino al que nos acercamos pero que no somos capaces de encontrar y además parece ser que tendríamos que bajar otro sin fin de escaleras.

Volvemos donde dejamos a Ana que por allí parece que hay una carretera que baja hasta el valle y allí nos la volvemos a encontrar y nos juntamos para ir caminando hasta una ermita que está a 1 hora caminando. La monja que vive allí se alegra mucho cuando ve gente, ella intenta explicar en un básico francés toda la historia de la zona y la ermita de la que consigo entender una parte. Lástima que el idioma no da para poder hablar realmente con la monja y se nos hizo muy tarde para poder seguir andandomás lejos porque dicen que a otra hora andando las vistas son mejores y en una ermita hay un colombiano(creo) que dejó su trabajo y se vino a hacerse ermitaño aquí.

Aunque los pueblos que hemos cruzando eran bonitos fué una lastima el tiempo invertido buscando el acceso al valle porque el paseo y las vistas por el fueron muy buenos y nos quedamos con ganas de andar más. Nos quedaremos otra noche aquí porque ya se hizo muy tarde para ir al siguiente punto de la ruta.

Siguiente día rumbo a las cataratas de Baatara. Por fotos que hemos visto son muy bonitas pero no tenemos suerte y apenas cae agua por ellas. Como el lugar no da para mucho terminamos rápido. Por lo que se ve en primavera con más agua la zona se de llenar de turistas.

Con la siguiente parada dejamos la naturaleza para volver a la ciudad y lo que eran agradables carreteras por montañas pasan a ser feas carreras por llanos. Tripoli. La segunda ciudad más poblada del Líbano y en su gran mayoría musulmana, cosa que nos mata porque estamos hambrientos, es Ramadám y por el centro están todos los restaurantes cerrados. Un edificio con marcas de bala y una gran bandera pintada llamala atención.

Damos una vuelta por el zoco y el mercado con la ilusión de encontrar algún restaurante o ver algo que nos llame la atención, pero a mi personalmente después de estos meses los zocos no entusiasman más.Yo me fijo en como se quedan mirando a Laurence, va en pantalón corto y tirantes lo que hace que hombres y mujeres se la queden mirando de una forma bastante obvia. A mi me da la impresión que hay más envidia en la mirada de ellas y lujuria en la de ellos que desaprobación.

No invertimos mucho más tiempo y después de comer en las afueras en un pizzahut nos vamos hasta Biblos.

Ciudad que también vemos rápido al tener todo lo importante concentrado en un pequeño casco antiguo y además por ser demasiado preparada para el turista, con un casco antiguo y zoco bonito pero completamente reformado y preparado para el turista que va de paseo con restaurantes y cafeterías perdiendo mucho encanto en mi opinión.

Por la noche hacemos un alto en Jounie con intención de ir a la playa al día siguiente antes de regresar a Beirut. Aprovechando que estamos muy cerca vamos hasta otro de los lugares emblemáticos del Líbano, la iglesia de Nuestra Señora del Líbano y su monumental estatua de la virgen María.

Al día siguiente vamos un rato a la playa. Echo de menos las playas de España, hasta ahora no he visto ninguna playa de arena decente. Solo podemos estar 1 hora porque tenemos que devolver el coche antes de las 7pm. Y mañana por la tarde avión a Chipre para después llegar a Israel.

Para mi lo más bonito del Líbano ha sido la zona del valle de Kadisha y la visita a las ruinas de Baalbek. La gente es agradable y el país es totalmente seguro aunque demasiado caro para el turista.