30 de Agosto de 2018

Jodhpur es un destino a la que todos los que he conocido que han ido dicen que con un día o dos es suficiente así que ese será el plan ver lo importante y seguir el camino. Navjot se buscó un tren a Delhi para esa misma noche y yo un bus a Jaipur para el día siguiente.

Nuestra primera parada es un puestecíto famoso por las tortillas que hace. Llegamos a la torre del reloj y encontramos ese mini-puesto con unas pintadas de Tripadvisor y Lonelyplanet. El hombre dice que puede vender alrededor de 2000 huevos diarios entre tortillas y venta a restaurante y que en temporada alta puede tener una cola de 20 minutos. Quizás un poco exagerado pero es cierto que lo recomiendan en muchos lugares. Yo me pedí la tortilla española madala.

Con la panza llena fuimos a ver una escaleras que habían cerca pero no nos impresionaron mucho y seguimos el camino hacia la Fortaleza. Lo que más me gustó de esta ciudad. Desde lo lejos ya se la ve imponente pero cuando te acercas todavía lo es más.

Recorrimos la fortaleza por fuera dirección a la ciudad azul que es gratis pero ninguno tenía interés en verla por dentro.

Desde la fortaleza la ciudad azul (aunque preguntado no la conocían con ese nombre) me recordó a Chefchaouen.

Navjot quería bajar a verla esperando ver calles azules y bonitas puertas, pero la realidad es que solo parecía otra ciudad de India con su ruido y su suciedad en las calles. Aún con tiempo de sobra nos subimos a un tuktuk dirección al palacio Umaid Bhawan. En las fotos parecía bonito pero es otro hotel y el acceso se limita a un pequeño museo del hotel y otro de coches. Poco interesante. Ciertamente fue suficiente con un día.

Hacer turismo en India con Navjot al lado fue muy sencillo, es un Indio enorme nacido en Delhi que con 16 años se fue a Nueva Zelanda, así que con este gigante que habla hindi y le apasiona la salsa los taxistas no inflaban los precios.