13 de Octubre de 2018
Crucé el borde con Cambodia en bus desde Ho Chi Minh. La compañía de bus intenta (y consigue) pedir un sobre gasto por gestionar la visa al llegar a la frontera pero a mi me gusta pasar todos esos pasos por mi mismo y ver que pasa. Hasta ahora ha ido bien las pocas que he podido pasar andando. Aquí al chico del autobús le tuve que insistir para que me devolviera mi pasaporte (se lo quedan al subir al bus) para hacer yo los tramites, pero la parte curiosa vino al ir a pedir la visa…
– Hola quiero la visa para solo 15 días.
– Claro, 32 dolares.
– 32? ahí pone 30?
– Sí, los otros 2 son para hacerla rápido
– Puedo esperar, que sean 30 dolares como pone ahí (No se les ve muy atareados mirando el móvil)
Después de varios minutos mirándoles como de los 4 solo uno hace pasaportes y el resto mira el móvil parece que no les gustaba ser observados y cerraron la ventanilla. Tras otros 20 minutos, ver como otros hombres con fardos de pasaportes tenían prioridad tras pagarles el extra… y yo tener que pedir el pasaporte varias veces al final me lo dieron con la visa. Moraleja, paga los 5 dolares al del autobús.
Una vez en la capital de Cambodia, Nom Pen, visité el museo del genocidio que está en la ciudad. El museo fue un colegio de secundaría reconvertido a prisión y lugar de torturas para cualquier opositor al régimen, cualquiera sospechoso de serlo y para cualquier intelectual: artistas, profesores, médicos, ingenieros, … (salvo los que pudieran ser útiles para el régimen). Esta gente terminaba siendo enviada a a campos para ser asesinados.
El señor Pol Pot era todo un angelito. Me escuche toda la audioguía y estuve dentro del museo unas 3 horas.
A las afueras hay otro punto de interés sobre el genocidio muy visitado, los campos de asesinatos. Pero aquí ya no quise ir porque no necesito tanta información visual para hacerme una idea.
Otra visita interesante en Nom Pen es el marcado ruso. Un mercadillo cubierto lleno de tiendas de varios tipos y una zona de comida. El mercado mayormente está lleno de tiendas de falsificaciones de ropa y zapatillas hechas en Cambodia a precios muy económicos. Yo busqué unos pantalones cortos pero no encontré nada de mi talla decente. Pero encontré una billetera que me hacia falta y muy chula por 1 euro.
En la zona de comida aproveché y me senté a comer unos noodles muy buenos que pedí con la ayuda de un cliente Cambodiano que hablaba inglés.
En el mercado también hay una zona de recambios de coches, moto y otras cosas.
Turisticamente reconozco que por ahora Cambodia no esta en mi top, además me parece carísima para el turista y no me gusta que el dolar americano sea la moneda más usada, eso solo encarece los precios, especialmente de los lugares turísticos que venimos a ver.
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